martes, 26 de junio de 2018

Con mis pasos agigantados

(De Griselda Chaves)

Con mis pasos agigantados, pensando en mi pueblito. Cuánto extrañé el lugar donde nací, cuántos recuerdos me vienen a la mente… Recuerdos de mi niñez, de mis padres que ya no están.
Donde eran calles de tierra ahora hay rutas asfaltadas. Algunas casas con sus árboles frutales, sus plantas de jazmines que se van tejiendo por las paredes.

Mi corazón se llena, tal vez vuelva a ver a la mujer de mis sueños, amor de juventud, que un día dejé por tener espíritu aventurero

¿Volveré a verla?

Acelero mis pasos, ya no veo aquellos amigos con quienes cada tarde nos reuníamos para jugar a la pelota, en la canchita que estaba justo en frente de mi casa.

Siento el aire azotándome el rostro,
un aire delicado que me llena los pulmones para seguir. A lo lejos escucho el canto de un gallo.
El mismo canto que escuchaba de chico.

Estoy a cien metros de mi casa, me paro, miro alrededor.
Qué desilusión el no ver la canchita, en su lugar hay un edificio muy alto. Con gran pesar entro, saco las llaves de mi mochila, entro, miro, camino, recorro todos los espacios recordando las horas que pasé feliz con mis padres.
Está igual que cuando me fui.

Ahora me encuentro solo, solo con el silencio y la nada.
Quizás tenga
que reinventarme.




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